Si todavía no lo conoces, no sabes lo que te estás perdiendo.
A decir verdad, no creí que fuese tan fascinante este lugar.
Mucha gente habla de la Isla de Barú en Cartagena, pero en especial de Playa Blanca. Que sus playas son cristalinas, que hay un amplio sendero para caminar sobre la costa y una gran extensión para recorrer de punta a punta, en fin, innumerables comentarios que pintaban dicho lugar como una joya del caribe.
Llegar ahí es fácil, pero lo mejor es que hay dos alternativas. En bus, el trayecto dura poco menos de 1h 30mins pero ¡Tranquil@ no te alarmes! Es solo un tiempo estimado ya que en realidad todo depende del tráfico y de si algún otro huésped no se tarda en bajar después de haberse quedado dormido por la fiesta de anoche, pero por lo general el recorrido tarda poco menos de 1h. La otra alternativa es en lancha, obviamente tardas menos pero cuesta un poco más el servicio, no es gran diferencia pero igualmente vale la pena. Cualquiera de la opción que elijas será genial.
Esta vez llegamos ahí en bus pues queríamos experimentar primeramente el transporte terrestre para apreciar también la zona industrial de Cartagena, en otras palabras, otro panorama. Sin embargo no creí tanta belleza pues cada experiencia es distinta justo hasta que por fin estuvimos ahí, y sí, lo que vimos fue real, hay variedad de lugares para escoger el ideal donde quieras pasar tu día de esparcimiento, recreación y relajación, desde el sitio más popular hasta los más exclusivos conforme al ambiente.
La gastronomía es exquisita, no sabemos como lo hacen pero lo que hacen es sin duda maravilloso para el paladar, pescado frito, ensalada, arroz de coco y patacones todo muy típico y tradicional. Hasta ahí todo era merecedor de aquel adjetivo de joya del caribe pero sin duda el color del mar se llevó todo el reconocimiento, una mezcla de colores entre turquesa y distintos tonos azules que se unen hasta tal punto que toman un efecto cristalino que te permite ver tus pies y tu cuerpo a través de la superficie.
También fuimos testigos de las barreras de corales que reforzaron y dieron vida a nuestra experiencia. Por último a lo largo de la costa aparece de vez en cuando por sobre la dinámica vida de ese lugar un personaje simpático y muy particular que carga una pesada estructura que sería la mitad de un barco a escala y lo hace llamar el ‘rechazo del titanic’ pero que en realidad es una estructura que está repleta de golosinas y chucherías que vende para su ‘rebusque’ olvidando lo pesada que es gracias a las sonrisas que le brindan los visitantes.
Muy cerca, se encuentra un tramo de playa que hace honor a su nombre, Playa Tranquila, si eres aventurero puedes caminar desde el parqueadero o una vez desciendas el sendero rocoso hasta la orilla del mar puedes tomar una lancha que te toma hasta el otro borde de la playa donde se encuentra este mágico lugar. Cabe resaltar que son estos mismos personajes los que te conducen a otros destinos cercanos que son igual de fantásticos. De esto y mucho más podrás vivir en este espectacular lugar. Barú.
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